lunes, 17 de agosto de 2009

Nao Victoria

...después empezó a soñar con la larga
playa amarilla y vió el primero de
los leones que descendían a ella
al amanecer. Y luego vinieron los
otros leones. Y él apoyó la barbilla
sobre la madera de la proa del
barco que allí estaba fondeado
sintiendo la vespertina brisa de
tierra y esperando a ver si venían
más leones. Y era feliz.

Ernest Hemingway
"El Viejo y El Mar"



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1 comentario:

tantos y cantos.... dijo...

!! marinero arría la vela !!!